El pasado 10 de diciembre de 2024 los formadores, estudiantes, seminaristas, familiares y amigos de la Casa Internacional del Convento San Agustín, en la ciudad de Nairobi, Kenia, celebraron con gozo la dedicación de la Capilla de Nuestra Madre del Buen Consejo. Un proyecto que inició su andadura el entonces General de la Orden padre Miguel Ángel Orcasitas, aterrizó piedra sobre piedra el cardenal Prevost y concluye con la consagración de su altar en el último año de gobierno el actual Prior General, el padre Alejandro Moral.
“Algunos los consideran como hijos suyos”
Los ritos estuvieron presididos por el cardenal Robert Francis Prevost OSA, Prefecto del Dicasterio para los Obispos y anterior Prior General de la Orden. Junto a él, bendiciendo tanto el Altar como el Sagrario; tanto la ruta mariana como el lugar dedicado a la Adoración eucarística perpetua, estuvieron el Prior General y el P. Edward Daleng, asistente general para África y Procurador General de la Orden. Acompañándolos, el P. Franz Josef Klein, Ecónomo General y el P. Robert Karanja Ireri, Vicario Regional de Kenia, que junto a numerosos sacerdotes, religiosas y religiosos, donantes, bienhechores y laicos allí presentes quisieron compartir su alegría por este hito que ve su feliz conclusión dos décadas después.
“Vino gente de nuestra parroquia de Badabobo con un coro muy bueno”. “Dos horas y media de celebración, orando, cantando, bailando con una gran pasión y una gran entrega en esta capilla que nos permite vivir más concentrados el misterio de la fe y el misterio de Dios”, nos señala el Padre General a su regreso a Roma.
Respecto a los fieles que se sumaron a las celebraciones, el Prior General quedó cautivado por la religiosidad de aquellos que apoyan y se benefician de la labor que los agustinos llevan a cabo en el país. “Los fieles participaron de forma muy activa en esta jornada de celebración”. “La gente aprecia mucho a nuestros seminaristas, se sienten implicados”, apunta el padre Alejandro. “Algunos los consideran como hijos suyos”. “Entienden lo importante que es tener en África una capilla como esta, con los santos de la Orden de San Agustín, y para la vida del seminario en sí”. Esto lo pudo confirmar de primera mano el Padre General durante los días que estuvo en Kenia acompañando a los 19 profesos, cinco de ellos del Congo, que en la actualidad siguen su itinerario formativo como religiosos agustinos. “Es importante que la gente vea que no solamente atendemos obras sociales sino que aquí hay un espacio para la oración y para el ejercicio de la caridad tal y como nos ha enseñado San Agustín. Estoy convencido de que sin la caridad no se puede vivir lo llamado a vivir en plenitud con el hermano”.
El cardenal Prevost, durante su homilía, propuso a los allí congregados a Cristo como “puerta que lleva a todos a entrar a través de Él en la santa morada de Dios”. Reflexionando sobre el texto evangélico de Mateo 16, 13-19, el cardenal señaló “la centralidad de la nueva capilla como lugar de culto donde la comunidad agustiniana expresa su fe viva, que hunde sus raíces en la confesión de Pedro sobre Jesús como «Cristo, Hijo del Dios vivo». “En Jesús y por Jesús, todos los que entran en la capilla se encuentran con Dios Padre, que está perpetuamente presente en medio de su pueblo por medio del Espíritu Santo, y les ofrece alivio, solaz y consuelo”.
Un espacio sagrado para orar juntos hacia Dios
Por su parte, el Prior General, reconoció ante la comunidad congregada que “hacía mucho tiempo que deseaba venir a Kenia”. “Me siento orgulloso de poder recoger la herencia recibida y acojo con mucho cariño vuestra gratitud por lo que aquí, entre todos, hacemos”, señalaba el Prior General antes de dar paso a la significación de este nuevo lugar de culto. “Dios se encuentra en la unidad de mente y corazón y esta capilla así lo transmite. En este espacio sagrado de encuentro para orar juntos, como hermanos, e individualmente, hay una atmósfera adecuada para crecer en interioridad, confianza en Dios, discernimiento, perdón y humildad”.
Agradeció al cardenal Prevost su servicio al Santo Padre Francisco y a la Iglesia. Mostró su gratitud a la Provincia Agustiniana Holandesa por su generosa donación para la construcción del nuevo lugar de culto, a los miembros de la comunidad del convento por el buen trabajo realizado y su testimonio, y a todos los fieles por rezar y apoyar a los hermanos.
En nombre de la comunidad, su Prior, el P. James Wambugu, destacó con alegría la importancia de este día como “la celebración de las maravillas de la gracia sin límites de Dios por intercesión de nuestro santo Padre Agustín”.