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El Prior General en el 50 aniversario de la restauración de la Orden en Portugal: "Gracias al Señor por tanta gracia"


El pasado día 1 de junio, los agustinos de Portugal celebraron la clausura oficial de los actos conmemorativos del cincuenta aniversario del regreso de la Orden de San Agustín al país luso.


Informan: Amparo Latre, de la Oficina de Comunicación de la Provincia de San Juan de Sahagún y la Oficina de Comunicación de la Curia General


Desde la que fuera la «Casa madre» de los agustinos en Portugal, el Convento de “Nossa Senhora da Graça”, que, desde lo alto, sigue presidiendo majestuosamente una de las siete colinas de la ciudad de Lisboa, tuvo lugar esta fecha tan señalada en el calendario de la Orden en Portugal. 


Después de varios meses de preparación con las comunidades parroquiales, los grupos de jóvenes y las fraternidades laicales agustinianas, llegó el momento. «Soñábamos entonces un día memorable, en un sitio emblemático, con una fuerte presencia de cuantos hicieron posible el regreso de la Orden y su consolidación en tierras lusas desde 1974 hasta hoy -cuenta el P. Joao Silva en una carta a la oficina de comunicación de la Provincia y de la Curia General- y de todos los que, de una u otra manera, le debemos a esta presencia mucho de lo que hoy somos: fraternidades, jóvenes, madres Mónicas, familias, niños, y un largo etcétera».


El pasado 1 de junio participaron en las celebraciones agustinos que viajaron desde España, Roma y Brasil. Los días previos llegaron hermanos y hermanas de la Orden que no quisieron dejar pasar esta oportunidad de celebrar en Lisboa un acontecimiento tan importante. Entre ellos, el Prior General, P. Alejandro Moral; el Asistente General, P. Javier Pérez Barba; el Padre Provincial, P. Domingo Amigo; y muchos hermanos que, tras haber estado destinados a Portugal, quisieron volver años después.




El padre Alejandro durante la Eucaristía del 50 aniversario: “Pasado y futuro, memoria y promesa se encuentran en esta celebración”


A las 18:30 horas, el Prior General presidió la Eucaristía, que concelebraron más de 20 sacerdotes, agustinos y seculares, y en la que los jóvenes cobraron especial protagonismo.


El padre Alejandro, durante la homilía, quiso reconocer el valor de la Orden en Portugal. “Estoy seguro de que todos los hermanos agustinos que habéis trabajado y trabajáis aquí ahora, al igual que nuestros primeros misioneros portugueses, habéis puesto al hombre, hijo de Dios y hermano nuestro, en el centro de vuestra misión”. “Nuestro padre San Agustín nos dice: "¿Quiénes son los que trabajan en la construcción de la Casa [la Iglesia]? Los dispensadores de los misterios de Dios. Todos nos esforzamos, todos trabajamos, todos construimos ahora; y otros se esforzaron, trabajaron y construyeron antes que nosotros; pero si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los constructores" (Comentario al Salmo 126).


“Hoy - apuntaba el Prior General- queremos de manera muy especial "dar gracias a Dios, Señor del cielo y de la tierra, Señor del sábado" por habernos acompañado y guiado durante estos cincuenta años de presencia en estas queridas tierras portuguesas. Cincuenta años de presencia en estas hermosas y queridas tierras; por nuestra fe en el Señor resucitado y nuestra comunión con él y con nuestros hermanos”.


El P. Alejandro terminó la homilía diciendo: “Ha pasado tiempo suficiente, pero no demasiado como para detenerse en el camino. Pasado y futuro, memoria y promesa se encuentran en esta celebración. Miremos al pasado con gratitud. Miremos al futuro con esperanza. Tú, Señor Jesús, eres nuestro horizonte. Caminamos hacia ti. Porque «nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti». Hasta entonces, María, Nuestra Señora de Gracia, ruega por nosotros”.



Una clausura del cincuentenario llena de historia


Con anterioridad a la Santa Misa, hubo ocasión para los presentes en estos actos celebrativos de conocer la exposición itinerante Pasado, presente y futuro. 


Más de trescientas personas se congregaron ante “la atenta -y seguramente orgullosa- mirada de San Agustín”, imagen que preside la antigua portería conventual. Fue ahí donde el Prior General pronunció unas palabras sobre la presencia y la historia de los agustinos, arropado por el Prior Provincial, P. Domingo Amigo; el padre Félix Aliste (que llegó a Portugal en 1977); un miembro de las fraternidades seculares agustinianas y un joven de la Juventude Agostiniana Portuguesa (JAP).


Terminados los discursos, se procedió a la entrega de un azulejo conmemorativo a cada uno de los agustinos y agustinas que pasaron por las comunidades de Portugal, a los representantes de los grupos agustinianos y a las autoridades presentes. A continuación, ya en el claustro del convento, los asistentes pudieron disfrutar del espíritu de comunión y alegría. “Soplamos las velas de cumpleaños y brindamos agradecidos por los 50 años vividos y, sobre todo, por los muchos más que el Buen Dios nos tiene reservados por delante”. “En nombre de todos los agustinos en Portugal, gracias por vuestra presencia y disponibilidad. Rezad por nosotros y contad con nuestras oraciones” nos cuenta el P. Joao.



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