El pasado viernes 5 de julio concluyeron en La Valeta, Malta, las investigaciones diocesanas sobre la causa de beatificación y canonización del matrimonio Enrique e Inez Casolani, miembros de la Tercera Orden de los Agustinos
La celebración, que arrancó con el rito canónico para cerrar las investigaciones, tuvo como culmen la Misa de Acción de Gracias en la monumental iglesia parroquial de San Agustín.
Presidida por el arzobispo metropolitano de Malta, monseñor Charles J. Scicluna, el acto contó con la participación de la Presidente de la República, Miriam Spiteri Gauci, autoridades eclesiásticas y civiles, familiares, los miembros de la “Henry and Inez Casolani Association” -encabezados por su presidente Stephanie Quintano- y numerosos fieles que se han sentido inspirados por la vida de los Siervos de Dios Casolani.
La pareja se casó en la misma iglesia exactamente 80 años atrás
En un mensaje entregado por Mons. Scicluna, se destacó el testimonio inquebrantable de la pareja, ambos miembros activos de la Tercera Orden de San Agustín.
Su testimonio, dijo el arzobispo, “es una fuente de inspiración para las parejas casadas de hoy, quienes a través de su vida cotidiana están llamadas a ser testigos del amor de Cristo por la Iglesia”. La pareja siempre se mantuvo dispuesta a prestar su colaboración en los servicios apostólicos de la provincia agustiniana maltesa, tanto en el país como en el extranjero.
Durante la Sessio Ultima del Tribunal, los documentos y testimonios recogidos en la investigación diocesana fueron sellados y ahora serán enviados al Dicasterio para las Causas de los Santos del Vaticano.
El postulador de la causa, el P. Josef Sciberras OSA, prestó juramento como “portitore”; responsable del traslado de las actas a Roma.
¿Qué viene a continuación?
La siguiente fase implica un examen minucioso por parte de las autoridades vaticanas, quienes determinarán si Henry e Inez Casolani vivieron virtudes cristianas heroicas, en cuyo caso serían declarados Venerables, el próximo paso hacia la posible beatificación y canonización.
Henry e Inez Casolani, conocidos por su profunda espiritualidad y su compromiso con la fe en su vida ordinaria, han inspirado a muchos a través de su dedicación inquebrantable a la vocación matrimonial y sus actos de bondad.
Su causa de beatificación ha obtenido un amplio apoyo en la comunidad cristiana de Malta. Muchos ya han informado de haber recibido gracias y favores mediante la intercesión de la pareja. La conclusión de la fase diocesana es un momento de alegría y esperanza para los fieles que han orado por el reconocimiento de la santidad de los Casolani.
A continuación, el padre Josef Sciberras, Procurador General de la Orden de San Agustín, nos da algunas pinceladas biográficas de este matrimonio, que nos muestra el camino a la santidad en la vida ordinaria; y nos anima “a continuar orando por la causa mientras avanza a través de las siguientes etapas del proceso”.
La oración, la lectura de la palabra de Dios, la mortificación y la caridad
Henry Casolani nació en La Valeta el 25 de noviembre de 1917. La obediencia, la humildad y la caridad fueron sus características definitorias.
Fue dibujante y creó un ambiente de trabajo impregnado del espíritu del Evangelio. Conocido por muchos como “el apóstol de la paz”, Enrique enfrentó muchos desalientos y tribulaciones, que unió a la pasión de Jesús. En particular, experimentó una inexplicable curación de su vista gracias a la intercesión de la beata María Adeodata Pisani. El siervo de Dios falleció el 29 de diciembre de 1999.
Por su parte, Inez Casolani nació en Cospicua el 11 de octubre de 1915.
Maestra que, al casarse, se dedicó de pleno a su familia y a ayudar a los necesitados, incluidos los enfermos en los hospitales. Desde pequeña dedicaba una hora de adoración ante el Santísimo Sacramento todos los jueves por la noche. La espiritualidad de Inés estaba fundamentada en cuatro pilares: la oración, la lectura de la palabra de Dios, la mortificación y la caridad.
Gracias a una reliquia sagrada de san Jorge Preca, Inez Casolani se recuperó de una fuerte fiebre. Esta sierva de Dios falleció el 13 de julio de 1992.
La pareja Casolani se casó en 1944 en la iglesia de San Agustín, en La Valeta, donde también eran miembros activos de la Tercera Orden Agustina y ayudaban mucho en el apostolado de la Provincia Agustiniana de Malta.
Vivieron extraordinariamente bien su vida matrimonial en lo ordinario de cada día. Tuvieron una hija, Cecilia Mary, que se unió a las Hermanas de San José de la Aparición a la edad de 19 años.
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