Las obras de “adecuación litúrgica” realizadas en la basílica de San Pietro in Ciel d'Oro llegan a su feliz conclusión para miles de devotos y peregrinos de todo el mundo. En la ciudad lombarda de Pavía, lugar donde se halla el relicario en el que descansan los restos de San Agustín desde hace más de 1.300 años y que los agustinos se encargan de custodiar, tuvieron lugar el pasado 12 de octubre los actos celebrativos presididos por el Prior General.
Estos trabajos han tenido como objetivo no sólo mejorar la experiencia espiritual, cultural e inmersiva a la que invita la Basílica sino también hacer más accesibles y visibles los restos mortales de San Agustín”.
“Hacía tiempo que nuestra Basílica necesitaba reorganizar el estrado, el ambón y la sillería para que este prestigioso lugar de culto estuviera más en consonancia con los usos litúrgicos de hoy y la belleza de esta Basílica románica”, señalaba el padre Alejandro durante la homilía.
¿En qué han consistido las obras? Nos lo cuenta el Prior General
“Se realizó el nuevo ambón y, por supuesto, el altar con sus asientos, todo en mármol y material metálico, con referencias al Arca de San Agustín en relieve. A ello se añadieron las obras de restauración de los cuatro confesionarios, que se rebajaron hasta el nivel del suelo para hacer más seguro el acceso de los penitentes.
Se talló un nicho en la parte posterior del altar, con el fin de que la urna con los restos mortales de San Agustín, contenidos en una caja de plata de la época lombarda, fuera visible en todo momento para los peregrinos y devotos. De este modo, los peregrinos podrán permanecer en oración ante la urna del Santo, aprovechando también el coro de madera, que también fue renovado. El presbiterio superior se convierte así de nuevo en un lugar de oración y recogimiento, facilitando un momento espiritual a los grupos de peregrinos y visitantes”.
Una vez tallado el nicho, según cuenta el Padre General, “comenzó quizá la parte más delicada de las obras de la Basílica: la reubicación de la urna que contiene los restos mortales de san Agustín. Fue un trabajo largo y delicado, porque la presencia de un monumento tan prestigioso como el Arca de San Agustín requería sin duda un cuidado y una precaución especiales”.
“Estas obras, posibles gracias a los donativos de la Fondazione Cariplo, de la Fondazione Comunitaria, de la Provincia y de Pavía y, no en último lugar, a la generosa contribución de las monjas agustinas, a las que todos debemos nuestro agradecimiento, han favorecido sin duda una notable afluencia de peregrinos de diversas partes del mundo en los últimos meses, llamando la atención sobre la ciudad de Pavía, que custodia un patrimonio que el mundo nos envidia: los restos mortales del gran Padre de la Iglesia”.
Un motivo de “orgullo”
En mitad de la fiesta agustiniana que se vivió en la ciudad lombarda, el padre Antonio Baldoni, prior de la comunidad de agustinos hasta hace apenas unas semanas, afirmó para el periódico Il Tierno cómo “Pavía se beneficiará enormemente” de este remozamiento. “Albergamos un gran tesoro en nuestra basílica: todos debemos ser conscientes de ello y estar orgullosos”.
Tal y como recogen los medios locales, además del prior de la comunidad, el Padre General y el prior de la Provincia de Italia, junto a multitud de agustinos que quisieron sumarse al acontecimiento, estuvieron presentes el presidente de la Provincia civil de Pavía, Giovanni Palli, Giancarlo Albini, de la Fondazione Comunitaria, los consejeros regionales Alessandro Cantoni y Claudio Mangiarotti, el honorable Alessandro Cattaneo, el rector Francesco Svelto y el ex rector Fabio Rugge, el vicario general de la diócesis de Pavía Luigi Pedrini, el superintendente Giuseppe Stolfi, el responsable del patrimonio cultural diocesano don Giancarlo Sozzi, el arquitecto Emanuele Locatelli y la directora artística del proyecto Angelisa Leonesio.
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